La semana pasada se celebró el Día de Muertos en nuestro país. ¿Qué pasaba en el mundo antigüo en nuestro país? ¿Cómo concebían la muerte las culturas prehispánicas? En la antigüedad, los aztecas adoraban a Dioses del Inframundo (Mundo de los muertos) este Post hablará sobre el hallazgo del Templo Mayor, una Diosa del Inframundo: Tlaltecuhtli.
Diosa Tlaltecuhtli
El 2 de octubre de 2006, arqueólogos del INAH hallaron en el Centro Histórico de la Ciudad de México la imponente escultura de la deidad mexica de la tierra.
Tras más de 500 años sepultada, un equipo de especialistas del Programa de Arqueología Urbana del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) descubrió la colosal escultura mexica de 4.17 x 3.62 metros, aproximadamente 40 centímetros de espesor y cerca de 12 toneladas, en la intersección de las calles República de Argentina y Guatemala, en el Centro Histórico de la Ciudad de México.
En los años subsecuentes, el Proyecto Templo Mayor, liderado por el arqueólogo Leonardo López Luján, ha registrado múltiples descubrimientos asociados a la representación de la deidad tenochca: 45 ofrendas en las que estaban distribuidos alrededor de 70 mil objetos, por ejemplo, en la número 141 se contabilizó un aproximado de 16 mil, en los que conchas y caracoles son el grueso. En oblaciones como ésta también abundaban los restos de lobos, pumas y linces.
Ofrenda a la Diosa
Tlaltecuhtli era un monstruo con articulaciones llenas de ojos y bocas con las cuales mordía como bestia salvaje. Para aplacarla y crear la vida, dos de los hijos de la pareja creadora: los dioses Quetzalcóatl (Serpiente emplumada) y Tezcatlipoca (Espejo humeante), se transformaron a sí mismos en dos grandes serpientes.
Ambos desgarraron al gran lagarto Tlaltecuhtli por la mitad. “Una parte sirvió para formar el firmamento, la otra para hacer la tierra. Posteriormente los dioses hicieron con las partes de su cuerpo todas las cosas de vida: su pelo se convirtió en árboles, flores y hierbas; su piel, en los prados; sus incontables ojos, en pozos de agua; sus bocas, en grandes ríos y profundas cuevas; y sus narices en montañas”.
Los dioses Quetzalcoátl y Tezcatlipoca
A la diosa de la tierra se le oía llorar en las noches porque sufría enormemente, rogando ser alimentada con corazones y sangre humanos, la única medicina que aliviaba su dolor. Fue así como el desmembramiento de Tlaltecuhtli produjo “no sólo un orden en el universo, separando la tierra del cielo, sino que el precio de tal ruptura fue que Tlaltecuhtli, como la primera víctima de la creación, exigió que otras víctimas la alimentaran.
Tlaltecuhtli a través de su muerte y resurrección, se convierte así en el símbolo de la renovación constante mediante el sacrificio”. Es por ello que este mito tiene varios conceptos fundamentales de las ciudades mesoamericanas, refiere en su texto, de manera que “la diosa de la tierra que sostiene la creación a través de su propio sacrificio, explica el devenir del cosmos y del tiempo ya que es el principio que promueve las múltiples creaciones del mundo”.
Actividad (Máxima fecha de entrega: Domingo 10 de noviembre)
1)Después de leer el post expresa tu opinión con argumentos acerca de la Diosa Tlaltecuhtli en el área de comentarios.
2) Investiga la leyenda de la Diosa
Coyolxauhqui y relaciónalo con la leyenda de
la Diosa Tlaltecuhtli, escribe en qué se relacionan las 2 leyendas en el área de comentarios. (Prohibido el Copy- paste)
3) Realiza una visita al Museo del Templo Mayor y busca a la Diosa Tlaltecuhtli, escribe en el área de comentarios qué fue lo que más te llamó la atención de la sala donde está la Diosa y sus ofrendas. ¿Qué se cree que es la pieza que le falta en su vientre?